
La formulación de acondicionadores capilares con certificación ecológica o natural presenta varios desafíos debido a las restricciones en la selección de ingredientes y las expectativas de rendimiento. Los acondicionadores convencionales dependen de surfactantes catiónicos sintéticos, como los compuestos de amonio cuaternario (por ejemplo, el cloruro de behentrimonio), para proporcionar desenredado y suavidad. Sin embargo, muchos de estos ingredientes no están permitidos en formulaciones naturales u orgánicas debido a su posible impacto ambiental y problemas de biodegradabilidad.
Para lograr efectos acondicionadores similares, los formuladores deben recurrir a alternativas de origen vegetal, como ácidos grasos esterificados, lecitinas o agentes catiónicos naturales derivados de fuentes renovables, como el Brassicyl Isoleucinate Esylate, o Ethyl Lauroyl Arginte. Aunque más sostenibles, estas alternativas presentan desafíos, como menor eficacia, reducción del rendimiento en el enjuague y problemas de estabilidad. Por otro lado, son mucho menos económicas. Por otro lado, la ausencia de siliconas, ampliamente utilizadas en los acondicionadores convencionales para aportar brillo y controlar el encrespamiento, dificulta aún más el desarrollo de acondicionadores naturales que sean aceptados por el consumidor. En su lugar, los formuladores recurren a alternativas como el aceite de semilla de brócoli, el aceite de abisinia o el hemisqualano, que imitan las propiedades suavizantes de las siliconas mientras cumplen con los estándares de certificación ecológica.
Varias marcas han logrado lanzar acondicionadores certificados naturales u orgánicos que cumplen con las expectativas del consumidor sin incluir ningún tensioactivo catiónico. Equilibrar unos buenos atributos sensoriales, como suavidad y manejabilidad, al tiempo que se cumplen los estándares de certificación ecológica, requiere estrategias avanzadas de formulación. Los sistemas de emulsificación optimizados, la combinación sinérgica de ingredientes y las innovaciones en la química verde continúan desempeñando un papel clave en el desarrollo de acondicionadores capilares naturales eficaces.

